martes, 19 de marzo de 2013


7. Interacción social y vida cotidiana
Cruzarse con alguien en la calle o intercambiar unas palabras con un amigo parecen actividades menores y carentes de interés, cosa que hacemos innumerable veces. Sin embargo el estudio de estas formas de interacción social   aparentemente insignificante es de enorme importancia para la sociología y, lejos de carecer de interés, constituye una de las áreas más absorbentes de la investigación sociológica. Existen tres razones.
En primer lugar, las rutinas cotidianas, con sus casi constantes interacciones con los demás, estructuran y conforman lo que hacemos. Al estudiarlas podemos aprender mucho de nosotros como seres sociales y de la propia vida social.
En segundo lugar, el estudio de la vida cotidiana nos revela de qué manera actuamos los seres humanos de forma creativa para conformar la realidad. Aunque el comportamiento social se guía hasta cierto punto por fuerzas como los roles, las normas y las expectativas compartidas. 
 En tercer lugar, el estudio el estudio de la interacción social en la vida cotidiana arroja luz sobre instituciones y sistemas sociales más amplios. De hecho, todos los sistemas sociales de gran envergadura dependen de las pautas  de interacción sociales en  las que participamos diariamente.
La interacción social requiere numerosas formas de comunicación no verbal: el intercambio de información y significados mediante expresiones faciales, gestos y movimientos del cuerpo. E l sociólogo alemán Norbert  Elías (1897-1990) afirmaba que el estudio del rostro muestra que los seres humanos han evolucionado de forma natural a lo largo del tiempo, pero también que esa base biológica se ha visto revestida de rasgos culturales en el proceso de desarrollo social.
Los humanos pueden transmitir una variada gama de de emociones exclusivamente mediante el  “tablero de señales”. Para Elías, esta comunicación facial de las emociones demuestra que lo natural y lo social están inextricablemente relacionados en los seres humanos. Como las interacciones las configura el contexto social general, no resulta sorprendente que tanto la comunicación verbal como la no verbal puedan ser percibidas y expresadas de manera diferente por hombres y mujeres. La interpretación del género y de sus roles está muy influida por factores sociales y tiene mucho que ver con cuestiones relacionadas con el poder y la posición social.
Los estudios también indican que las mujeres suelen mostrar más claramente sus emociones y que buscan e interrumpen  el contacto visual con más frecuencia que los hombres. Los sociólogos sostienen que estas interacciones a pequeña escala refuerzan la desigualdad que se produce a una escala mayor en la sociedad. La identidad de género se crea y se personifica socialmente. De hecho, el concepto de identidad se ha convertido en fundamental para muchas áreas de la sociología. Se infiere que todos los seres humanos deban ser “identidades sociales” porque se forman en los continuos procesos de interacción de la vida social.
El estudio de la interacción social es un área fundamental de la sociología que esclarece  muchos aspectos de la vida social. Al estudio del habla y de la conversación ordinaria se le ha dado en llamar etnometodología, un término acuñado por Harold Garfinkel.  La interacción focalizada, que puede dividirse en diferentes encuentros o episodios de interacción, tiene lugar cuando dos o más individuos atienden directamente a lo que otro u otros dicen o hacen. Con frecuencia, la interacción social se puede estudiar de un modo revelador aplicando el modelo dramatúrgico,  es decir, analizándola como si los que participan en ella fueran actores en un escenario, con sus decorados y su utilería. Toda interacción social está localizada en el tiempo y el espacio. Algunos mecanismos de interacción social pueden ser universales, pero muchos no lo son. Las sociedades contemporáneas se caracterizan en gran medida por la existencia de transacciones indirectas e impersonales que no se realizan en presencia del otro, Esto conduce a lo que se ha denominado compulsión de la proximidad.      
Equipo 10
María Guadalupe Anaya Mondragón
Laura Daniela Hernández Hernández
Montserrat Sarahi Contreras Mares
Mayra de Jesús Alférez Mascorro  

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