Mitssy
Gpe. Rivera Romo
Sociología:
(del latín socius, socio, y del griego «λóγος» logos) es la ciencia que estudia
los fenómenos colectivos producidos por la actividad social de los seres
humanos dentro del contexto histórico-cultural en el que se encuentran.
Psicología: («psico», del griego ψυχή, alma o actividad mental, y «logia», -λογία, tratado, estudio) es la disciplina que estudia los procesos psíquicos, procesos mentales de los individuos, así como los procesos sociocognitivos que se producen en el entorno social, lo cual involucra la cultura. El campo de los procesos mentales incluye las estructuras de razonamiento y racionalidad cultural.
Psicología: («psico», del griego ψυχή, alma o actividad mental, y «logia», -λογία, tratado, estudio) es la disciplina que estudia los procesos psíquicos, procesos mentales de los individuos, así como los procesos sociocognitivos que se producen en el entorno social, lo cual involucra la cultura. El campo de los procesos mentales incluye las estructuras de razonamiento y racionalidad cultural.
La Sexología es una disciplina científica y
humanística que estudia los problemas relativos al sexo y la sexualidad en sus
dimensiones bio-psico-sociales y culturales, en sus aspectos normales,
disfuncionales y patológicos, con los aportes de diversas disciplinas reunidas
en un campo integrador multi e interdisciplinario.
Aún resulta desconocido para la mayoría de los
profesionales de la salud y la educación en qué consiste la problemática
general de la Sexología. Los temas de estudio, (algunos de los cuales se
detallan en el Programa adjunto) nos muestran la especificidad de la disciplina
y la poca difusión de estos contenidos en nuestra formación universitaria.
Este curso no pretende formar en la especialidad, sino
introducir a los profesionales en la temática y la problemática de esta
disciplina.
Los investigadores de la Sexología fueron completando el
espectro multidimensional de la sexualidad -en sus vertientes biológica,
psicológica y social-, inicialmente abierto por el Psicoanálisis. El
conocimiento de esta disciplina evita caer en reduccionismos científicos y
permite cumplir eficazmente con el propósito fundamental de ayudar a los otros,
asumiendo la obligación de no enfermar.
Un correcto diagnóstico, una eficiente indicación
terapéutica y un pronóstico certero sólo podrán realizarse cuando el
profesional tenga a su alcance los mayores elementos de juicio.
Los profesionales de la salud, como todo trabajador
social, son educadores. Conscientemente o no, voluntariamente o no, transmiten
su ideología profesional y de vida. Es importante la posibilidad de reflexionar
sobre ella y de nutrirla con nuevos aportes, que luego serán vehiculizados en
su trabajo cotidiano.
Dice la O.M.S.: "Para comprender mejor los problemas
de la sexualidad humana, es necesario que los profesionales de la salud
adquieran actitudes sanas respecto de la sexualidad, el matrimonio y la
anticoncepción. El conocimiento de su propia sexualidad y el enfoque racional
de sus propios problemas sexuales, le ayudará a ocuparse con mayor eficacia de
los problemas sexuales de otras personas. Es necesario un cambio de actitudes
en lo que respecta a la aceptación de la sexualidad como un componente positivo
de la salud, tanto para uno mismo como para los demás...Las actitudes
negativas, las afirmaciones ligeras y los métodos inapropiados en relación con
las cuestiones sexuales, pueden dañar gravemente la apreciación que el enfermo
haga de su propia vida sexual".
Objetivos específicos:
·
Introducir
a la temática de la Sexología.
·
Aportar
información científica y humanística.
·
Dirigir
la mirada a otras opciones teóricas y terapéuticas.
·
Desmitificar
y estimular la actitud crítica.
·
Reelaborar
el Sistema personal de Valores Sexuales.
·
La
actitud social ante la sexualidad tiene una mayor importancia de que cabría
imaginar. Vivimos en una sociedad donde cualquiera se siente con el derecho de
opinar, sentenciar e enjuiciar lo que es “normal” y “adecuado” ante cualquier
tema y la sexualidad a pesar de su carácter íntimo, no es una excepción.
·
De
esta manera se genera un idea colectiva de lo que es, y no, normal en el sexo,
lo que hace que aquellos que no están dentro de ese “habitual” experimenten
sentimientos encontrados. Por un lado, el deseo que existe en cada ser humano
al margen de sus particularidades físicas; por otro, la censura que muchas
veces se convierte en auto-censura ante la sexualidad porque sientes que es
algo reservado para otros, para cuerpos jóvenes, bellos y saludables.
·
Sin
pretender desviar toda la responsabilidad de una vivencia plena de la
sexualidad a los demás, el propio afectado tiene que poner de su parte para que
esto suceda; conviene reflexionar sobre la población general. Para empezar,
rompamos un mito, no es cierto que alguien sin discapacidad no pueda enamorarse
o únicamente sentirse atraído/a por una persona que si vive con una
discapacidad. Esta realidad existe, incluso es más común de lo que podría
creerse; no son pocas las personas que desafían el “qué dirán” y se guían por
sus sentimientos y deseos sin importarles la discapacidad del otro o la otra.
Sin embargo, la realidad es que hay muchas otras personas que se avergüenzan
por desear a alguien con discapacidad e incluso hay quien cree que es un
problema sexual lo que causa ese interés.
·
Y
¿qué papel juegan las familias y/o educadores? Siempre con la mejor de las
intenciones eso sí, encontramos cómo los esfuerzos se centran en la recuperación
de la persona para normalizar su vida en todas las esferas. ¿En todas? La
sexualidad acaba normalmente por dejarse de lado, por no tenerse en cuenta,
muchas veces por el miedo a poder estar abriendo una caja de Pandora que libere
intereses y deseos que se piensan dormidos, incluso aparece el temer que surjan
preguntas incómodas para las que no se tienen respuestas.
·
Como
decíamos al principio, conviene reflexionar sobre esto.
·
Los
derechos sexuales son derechos humanos fundamentales y universales.
·
De
estos extraemos que cada persona, al margen de tener alguna discapacidad, tiene
derecho al libre acceso a la información necesaria sobre la sexualidad, y lo
que es más importante, cada persona tiene derecho a la expresión de su
sexualidad.
·
Declaración
del XIII Congreso Mundial de Sexología, 1997, Valencia, España. Revisada y
aprobada por la Asamblea General de la Asociación Mundial de Sexología (WAS) el
26 de agosto de 1999 en el XV Congreso Mundial de Sexología, Hong Kong,
República Popular China.