Interacción social y vida cotidiana
Cuando dos transeúntes
intercambian una mirada rápida y luego la apartan, se pone de manifiesto lo que
Erving Goffman denomina desatención cortes, algo que exigimos de los demás en
numerosas ocasiones. La desatención cortes no es lo mismo que no prestar atención
a la otra persona. Cada individuo indica al otro que se da cuenta de su
presencia, pero evita cualquier gesto que pudiera considerarse demasiado
atrevido.
Nuestras vidas
están organizadas en torno a la repetición de pautas de comportamiento
parecidas día tras día. Aunque el comportamiento social se guía hasta cierto punto
por fuerzas como los roles, los individuos son capaces de actos creativos,
configuran continuamente la realidad mediante sus decisiones y acciones. Dicho de
otro modo la realidad no es fija ni estática: la crean las interacciones
humanas. En las sociedades modernas la mayoría de la gente vive en centros
urbanos, interactuando constantemente con personas a las que no conocen
personalmente. La desatención cortes es uno de los muchos mecanismos que
confieren a la vida en la ciudad, con sus multitudes que van y vienen y sus
contactos impersonales y efímeros, el carácter que tiene.
La interacción
social requiere numerosas formas de comunicación no verbal. Por esta razón Elías
(1987) cree que el desarrollo del rostro humano está estrechamente ligado al
valor de supervivencia evolutivo de los sistemas efectivos de comunicación. Mientras
que los simios hacen amplio uso de la comunicación con todo el cuerpo, los
humanos pueden transmitir una variada gama de emociones exclusivamente mediante
el tablero de señales del rostro. Sin embargo, aunque les expresiones faciales
de emoción parecen ser en parte innatas, existen factores individuales y
culturales que influyen en la forma exacta que adoptan los movimientos
faciales, una simple sonrisa por ejemplo varia en forma y duración dependiendo
de su cultura.
¿Tienen las
interacciones sociales cotidianas una dimensión de género? La identidad de género
se crea y se personifica socialmente. Identidad es nuestra comprensión de quiénes
somos y de quienes son las otras personas. Las identidades primarias son las
que se forman durante los primeros años de la vida, e incluyen el género, la
raza o la etnia. Las secundarias se construyen sobre las primeras e incluyen
roles sociales y estatus conseguidos. La identidad personal o individual se
percibe como algo único y diferente de las otras personas, especialmente en las
modernas sociedades individualizadas, y es percibida por los otros como tal.
La etnometodologia
estudia los métodos populares o de los no expertos- que la gente emplea para
dar sentido a lo que hacen los demás y, especialmente a lo que no dicen. Los
participantes de casi todas las conversaciones diarias se adaptan
cuidadosamente a las pistas que les dan los demás (cambios de entonación,
breves pautas o gestos) para que la conversación fluya fácilmente. Al ser
mutuamente conscientes, los conversadores cooperan en la apertura y el cierre
de las interacciones y al turnarse para hablar.
La interacción
no focalizada es la conciencia que los individuos tienen de la presencia de las
demás personas en grandes aglomeraciones, cuando no llegan a entablar
directamente una conversación. La interacción focalizada que puede dividirse en
diferentes encuentros o episodios de interacción, tiene lugar cuando dos o más
individuos atienden directamente a lo que otro u otros dicen o hacen.
Los roles
son las expectativas socialmente definidas que tiene una persona de determinado
estatus o posición social. Evidentemente, una persona posee muchos estatus al
mismo tiempo. A los sociólogos también les
gusta diferenciar entre estatus atribuido y status conseguido. El primero se le
asigna a la persona en función de factores biológico como la raza, el sexo
o la edad. De manera que su estatus
atribuido podría ser el de (blanca- mujer- adolecente). Un estatus conseguido
es el que se logra atreves del propio esfuerzo.
El construccionismo
social cree que lo que los individuos y la sociedad perciben como realidad no
es más que una construcción, una creación de la interacción social entre esos
individuos y los grupos. Subraya que estos hechos evidentes de la realidad
social pueden variar de una cultura a
otra, e incluso entre personas diferentes dentro de ella. En vez de presuponer
que existe una realidad social objetiva, la obra del construccionismo social
trabaja para documentar y analizar los procesos mediante los cuales se erige
dicha realidad con el fin de que ella misma sirva después para confirmar su
propia existencia.
La interacción
social se presenta a menudo como liberadora
y capacitadora, ya que las personas pueden crear sus propias identidades virtuales y hablar más libremente de lo que podría
hacerlo en cualquier otro lugar. Sin embargo hay otros puntos de vista como el
de Katz que teclear no es ser humano, teclear en el ciberespacio no real, todo
es apariencia y alineación, un pobre sustituto de lo verdadero. Esto posibilita
el engaño, la lasciva, la manipulación y la estafa emocional. En contraparte
existe la compulsión por la proximidad. Que es la necesidad que sienten los
individuos de encontrarse personalmente o interacciones cara a cara. El encuentro
personal da acceso a esa parte del cuerpo que nunca miente: los ojos, las
ventanas del alma.
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