jueves, 30 de mayo de 2013

Delito
Todos sabemos quiénes son los individuos de conducta desviada, eso es lo que solemos creer. Son los que se niegan a vivir según las reglas que aceptamos la mayoría. Son los delincuentes o “vagabundos” que no se adaptan a lo que casi todos definiríamos como reglas de aceptabilidad. Sin embargo, las cosas no son lo que parecen, y esta es una lección que la sociología nos enseña a menudo, al instarnos a ir más allá de lo evidente.
Ya hemos visto anteriormente que la vida social se rige por reglas y normas. Nuestras actividades se hundirían en el caos si no respetáramos las que definen que ciertos comportamientos son adecuados en determinados contextos y que otros resultan impropios. Al comenzar a estudiar el comportamiento desviado debemos considerar que reglas respeta la gente y cuales rompe. Nadie vulnera todas las reglas, del mismo modo que nadie las acepta en su totalidad. El estudio del comportamiento desviado es una de las áreas más fascinantes de la sociología, aunque también una de las más complejas, ya que nos enseña que ninguno de nosotros es tan normal como podríamos pensar.
La desviación puede definirse como la falta de conformidad con una serie de normas dadas, que si son aceptadas por un número significativo de personas de una comunidad o sociedad. Ninguna sociedad puede dividirse sin más entre los que se desvían de las normas y de los que las aceptan. Todos transgredimos en algunas circunstancias reglas de comportamiento generalmente aceptadas. Desviación y delito no son sinónimos, aunque en muchos casos se solapen. El concepto de desviación es mucho más amplio que el de delito, que solo alude a una conducta no conformista que vulnera la ley. Hay muchas formas de comportamiento desviado que la ley no sanciona.
En el estudio de la delincuencia y de la desviación participan dos disciplinas diferentes pero relacionadas. La criminología se ocupa de los comportamientos que sanciona la ley penal. Con frecuencia, a los criminólogos les interesan las técnicas para calibrar la delincuencia, las tendencias de los índices de criminalidad y las políticas destinadas a reducirla dentro de las comunidades. La sociología de la desviación utiliza la investigación criminológica pero también analiza las conductas que escapan al ámbito de la ley penal. Los sociólogos que estudian la desviación pretenden comprender porque ciertos comportamientos se suelen considerar desviados y como varia la aplicación de la idea de desviación a diferentes personas dentro de la sociedad.
Existe anomia cuando no hay unas normas claras que guíen el comportamiento en una determinada área de la vida social Durkheim creía que en esas circunstancias la gente se encuentra desorientada y padece ansiedad, de modo que la anomia es uno de los factores sociales que influyen a la disposición al suicidio. Para Durkheim, el delito y la desviación son hechos sociales, este autor creía que ambas cosas son elementos inevitables innecesarios para las sociedades actuales. Según el la gente en la era moderna esta menos condicionada que en las sociedades tradicionales. Como hay más margen de elección para el individuo, es inevitable que haya algún tipo de falta de conformidad. Durkheim reconocía que en ninguna sociedad puede recabar un consenso completo sobre las normas y valores que la rigen. Las ideas de Durkheim sobre el delito y la desviación influyeron en el hecho de que la tención pasara de las explicaciones que se fijaban en el individuo a las que se centraban en las fuerzas sociales.
Merton modifico el concepto de anomia para dar cabida a dar tensión a la que se ven expuestos los individuos cuando las normas aceptadas entran en conflicto con la realidad social los valores generalmente aceptados hacen hincapié en el éxito material, que se supone que se consigue mediante la autodisciplina y el trabajo duro por consiguiente según Merton, la desviación es una consecuencia de las desigualdades económicas y de la ausencia de equidad en las oportunidades.

Las teorías funcionalistas tienen razón al subrayar la relación existente entre conformidad y desviación en los diferentes contextos sociales. La falta de oportunidades para triunfar con los medios que concibe la sociedad dominante es el principal factor diferenciador entre los que desarrollan un comportamiento criminal y los que no lo hacen. Sin embargo, hay que manejar con precaución la idea de que los pertenecientes a las comunidades más pobres aspiran al mismo grado de éxito que las clases más acomodadas, ya que la mayoría tiende a ajustar sus aspiraciones a lo que considera la realidad de su situación.

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